VIH y salud ósea
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Resumen
Con el advenimiento de la terapia antirretroviral, el pronóstico y la sobrevida de los pacientes infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) han cambiado de manera radical, por lo cual en la actualidad se evidencia un aumento en el riesgo de padecer enfermedades no relacionadas con el VIH como, por ejemplo, la osteoporosis.
La disminución de la densidad mineral ósea (DMO) se observa en el 40-90% de las personas infectadas por el VIH, con una prevalencia de osteopenia y osteoporosis del 52 y 15%, respectivamente. Esta población de pacientes tiene un mayor riesgo de fracturas (60%) en comparación con personas no infectadas y un riesgo de fracturas vertebrales 2,3 veces mayor que en la población general.
El tenofovir fumarato se asoció con un aumento de pérdida renal de fósforo e hiperparatiroidismo secundario. El efavirenz y los inhibidores de proteasas (IP) afectan el metabolismo de la vitamina D; actúan a nivel enzimático aumentando la expresión de la enzima CYP24 que lleva a producción de vitamina D inactiva.
El FRAX es una herramienta sencilla y accesible, por lo que su uso está recomendado en pacientes con VIH. Además de las medidas higiénico-dietéticas, actividad física, calcio y vitamina D, el uso de bifosfonatos está indicado en el tratamiento de la osteoporosis en estos pacientes.
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